martes, 30 de julio de 2013

Válvulas.


Las palabras que usas como válvulas de escape
se convierten en las válvulas que regulan el aporte de oxígeno.

En cada palabra,
guardo eso que unos llaman alma,
doses, sentimiento,
y treses identifican con un área cerebral.

Y lees,
pero no te encuentras:
usted no está aquí,
y mientras más se busca,
más se pierde.

En cada espacio,
estás rodeado de aire
pero ves como se extravía
llenando otros cuerpos
que ni se molestan en respirar la vida
que tú expiras.

En cada punto y coma,
doy tregua
al paso del tiempo,
y al “paso de ti”
que todos los días borro
del borde de la hoja
porque no me atrevo a escribirlo
en el centro de atención.

Tus ojos se beben los versos,
saltando de letra en letra,
con su nistagmo de ver pasar los trenes
de la vida
y nosotros sin estación en la que subirnos.

¿Qué demonios estamos haciendo
si nos merecemos ángeles?

Hacemos de letras
corazón,
y
con razón se nos vierte la sangre
porque ya tenemos uno
y nos sobra
para re-partirlo.

En cada punto y final,
uno de sutura,
que cierre heridas que no se cierran
fuera del papel.

Cuando se agotan las palabras,
nos des-vivimos en la anoxia,
esperando la próxima ráfaga de viento
aunque pueda convertirse en huracán.


Seguid respirando e insuflando vida.






1 comentario:

  1. eres buena amiga, muy buena. tienes alma de poeta, haces reflexionar con tus palabras. sigamos respirando esto que llamamos vida. un beso grande

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