lunes, 13 de mayo de 2013

Funambulismo en tu silencio.

Yo le digo a tu silencio que se vaya,
que se vuelva a la garganta de la que no ha salido,
que hoy no quiero paz,
ni descanso,
ni asilo.

Quiero que me escueza la sal de tus palabras
en mis heridas que nunca se cierran
y que me asuste la fiera encerrada en tu voz
que nunca liberas.

Pero tú sólo me ofreces
este papel de funambulista experta
en las cuerdas vocales de la ausencia
donde yo me columpio sosteniendo unas tijeras.

Córtalas, me digo,
que este mundo mudo,
no está hecho a tu medida,
que si dejas de ahogar penas,
no te importa la caída.

Pero yo nunca me atrevo,
no tengo cualidades de heroína:
yo soy más de atar,
cobarde,
con tu nombre mi sonrisa.

Y de intentar que revivan
uno a uno,
letra a letra,
esos ecos de tu voz ahorcados,
que se pudren bajo tierra.




"Ya verás como me olvidas,
y te encuentro en cualquier bar
pegando saltos de alegría
y me dices que lo nuestro no era lo que merecías..."

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